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Foto del escritorGiselle Lopez

Los 5 lenguajes del amor

Entendemos que amar es algo importante en nuestras vidas, pues tendremos parejas, amigos, familia y seres queridos, con quienes aprendemos que es amar, sin embargo, no todos tenemos la misma forma de hacerlo y expresarlo; por lo que hablar sobre las 5 maneras que, según Gary Chapman, será una guía de comunicarnos, expresarnos e identificar el amor que otras personas tengan para sí mismas y nosotros.


El autor plantea que las personas tenemos problemas que son más perceptibles y desapercibidos, ya que hay diferentes maneras que se expresa el amor y se nos dificulta, esto mismo para resolver conflictos, como: manías individuales, prejuicios, expectativas de la relación, etc. Uno de los lenguajes del amor son las “Palabras”, donde expresamos a través de comentarios, elogios, opiniones y frases que se dicen sin pensar o sí las pensamos, pero causamos un efecto positivo para la persona, ayudando en su autoestima, seguridad y bienestar, pero ¿qué palabras hay que decir? pues que sean diretas, simples, contundentes y sinceras, como “Te quiero mucho, en verdad”, “Me encanta que me platiques de tu día”, “Eres alguien increíble por ser tu misma”, “El amor que me das es importante para mí”, tomando en cuenta nuestra expresión corporal y que el contexto sea el adecuado; no será lo mismo decir que queremos a alguien en un parque, a un salón de clases y una comida familiar, así como fruncir el ceño, no mirar fijamente a los ojos o bostezar mientras se dice.


¿Por qué las palabras tienen tanto valor? pues son elementos simbólicos de lo que queremos expresar, pero no los únicos, ya que expresarlo con hechos, acciones objetivas y actividades les darán mayor sentido.


Otro de los lenguajes es el “Tiempo de calidad”, y estando en una sociedad donde nuestros tiempos están apresurados, estamos ocupados y absortos de trabajo, no le disponemos mucho tiempo a pasar tiempo con las personas que conocemos, igual por la idea de viajar, tener coches, celulares, casa, etc., afectando la administración del tiempo de nuestra vida. El compartir el tiempo no solo se basa en estar presente y ya, sino disfrutar de esa compañía o vivencia con las personas queridas, donde nos hacemos escuchar y escuchamos, sin distracciones ni prisas. Esto afinará dentro de una relación que si disponemos de momentos de disfrute, donde nos abrimos y nos sentimos cómodos o cómodas, se volverá mayormente estable y duradera.


También dentro de los lenguajes están los “regalos” sin caer en el pensamiento de entre más regalos y caros es mucho mejor, pues un regalo no está sujeto en su necesidad o utilidad, pues aquellos regalos que expresan en su significado amor y cariño, si fue elaborado y pensado, el esfuerzo que hubo detrás, tendrá un mayor impacto. Y sí, pueden haber regalos caros que opaquen regalos que no se comparan con su valor económico, pero al no haber más detrás del mismo, carece de algún valor para la persona que lo recibe y se vuelve desechable o reemplazable.


Por otra parte, quién trabaja en realizar, obtener o pensar en un regalo, lo disfruta desde que se tiene la idea hasta haberlo entregado, porque se espera una reacción favorable de la persona, algo tan mínimo como una sonrisa o un gesto positivo.

Un cuarto lenguaje del amor son los “actos de servicio” que son aquellas acciones que favorecen ser serviciales, hacer favores y ayudar, buscando que nos sea gratificante y no esperar siempre algo a cambio. Cocinar, limpiar, cargar, ofrecer algo, arreglar cosas y encargarse de otras tareas pueden ser actividades que no nos corresponden, pero son a favor de ser generosos, ayudar y apoyar. Muchas veces se confunde con ser muy dadivoso sin ayudarse a sí mismo primero, pues cuando es así, nos hace sentir mal porque no recibimos nada a cambio como un gracias o alguna recompensa, por ende se siguen haciendo favores, pero de mala gana. En cambio, si hacemos favores con cierta frecuencia, esperando que la persona nos devuelva algo, quizás de diferente forma y tiempo, será mejor y daremos a entender que somos capaces de ayudar y dejar que nos ayuden.


Por último, pero no menos importante, el “contacto físico” es otras de las formas que hay que es más directa, como abrazos, besos, caricias, tener relaciones sexuales, etc., donde transmitimos la energía y el amor que se siente hacia otra persona. La experiencia del contacto humano, piel con piel, desencadena hormonas que favorecen a una actitud de disfrute, satisfacción y confianza. Esto tendrá algunos puntos diferentes, pues habrá momentos donde la persona se sienta incómoda y el contacto físico no favorezca a sentirse mejor; otras donde no queremos que nos abracen, toquen e invadan nuestro espacio físico, para esto está ser conscientes que hay otros lenguajes con los cuales expresamos nuestro sentir y comprender al otro u otra.


Ahora que se abordaron, te invitamos a que las pongas en práctica, te vayas conociendo y cuáles expresas con mayor frecuencia que otras, que lo comentes con tus seres queridos y descubrir que muchos de los problemas en relaciones, tienen que ver con la mala comunicación y el error de creer que sólo hay una forma de amarnos.


Es importante destacar que toda persona sana tiene capacidad para expresar los lenguajes del amor, y que en mayor o menor medida expresamos todos o casi todos. Elsa Punset (2010) defiende en su libro que: "si acostumbramos a nuestros hijos a dar y recibir amor de todos los lenguajes, el día de mañana podrán comunicarse libremente en todos ellos".


Para mayor información consultar las siguientes páginas:

Chapman, G. (2009). Los cinco lenguajes del amor. LifeWay Español. https://ecabrera.files.wordpress.com/2015/11/los-5-lenguajes-del-amor.pdf


Punset, E. (2010). Brújula para navegantes emocionales. Madrid: Aguilar.


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